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16
Oct
2017
Una de las ilustraciones de la muestra

Todo lo que querías saber sobre el Tricentenario (y quizá nunca preguntaste)

No es fácil hacerse a la idea de cómo era la ciudad de Cádiz hace 300 años, en la época en la que el Rey decidió trasladar el monopolio del comercio con América (la Casa de Contratación) desde Sevilla a Cádiz. A falta de imágenes audiovisuales a las que estamos tan acostumbrados, el estudio de ilustración y diseño Rebombo ha recreado cómo eran los personajes, vestimentas y costumbres de la época en la que el comercio floreció en la ciudad. Esa es la esencia de la exposición Las murallas de Cádiz y el comercio (1717-2017). Sector actual de Canalejas, que esta tarde se inaugura en la Casa de Iberoamérica.

Los ilustradores de Rebombo –el dúo formado por Raúl Gómez y Raquel Jove– arrancan con una imagen del casco antiguo de Cádiz (en realidad, el que estaba habitado en esa época) para explicar la situación geográfica y social a través de un personaje clave: el científico y marino Jorge Juan. A continuación, Andrés Matías de Pes y Antonio de Ulloa ahondan en la explicación de por qué Cádiz era un enclave estratégico, situado en Europa pero próximo a África y con frecuentes conexiones por barco hacia América.
En tono relajado, lo que hará posible que la exposición sea apta para todos los públicos, se explica también cómo se produjo este traslado de la Casa de Contratación, desde Sevilla a Cádiz. El Rey, Felipe V, firmó el documento, mientras José Patiño –otro personaje central en esta historia– aparece también para recordar su importancia. En este relato no podía faltar la Aduana, un edificio que hoy alberga la Diputación Provincial de Cádiz y que fue proyectada por el ingeniero militar Juan Caballero. No es el único inmueble del que se habla. También de las famosas Puertas de Tierra, diseñadas por Torcuato Cayón (arquitecto, por cierto, de la Casa de Iberoamérica), y las Puertas del Mar, situadas en lo que hoy es el muelle ciudad, frente a San Juan de Dios.
La exhibición de ilustraciones y textos no se detiene solo en edificios y planos, sino que también explica la situación social. Así aparecen los burgueses, con sus ricos ropajes y adornos y sobre todo los vendedores ambulantes. En esta última sección –‘Los gritos de Cádiz’– entran en escena personajes como los aguadores, las vendedoras de rosquillas y menudo. En aquella época se ofrecían por las calles y plazas objetos cotidianos y necesarios en los hogares junto a otros que hoy nos parecen más insólitos: escobas de caña, piedras para amolar, sahumadores, loza, velas, esteras y tinta para escribir, barquillos de canela, sogas, servilletas y toallas y hasta escayolas de santos.
La exposición relata también otros hitos importantes en la época, como la creación del Colegio de Cirugía de la Armada, origen de lo que hoy conocemos como Facultad de Medicina de Cádiz. En este apartado destacan dos nombres: Pedro Virgili, su fundador, y el Marqués de la Ensenada, personaje clave también en la creación de esta escuela de médicos y cirujanos.
No hay que olvidar tampoco el Observatorio Astronómico de la Armada, creado a partir de 1749 tras el regreso de la expedición científica de Jorge Juan y Patiño. Y toda historia resulta aburrida si no aparecen los ‘villanos’: en este caso personificados en los piratas berberiscos, ingleses y holandeses, que son los que realizaban los saqueos a las naves y también a las ciudades. Cádiz sufrió uno, terrible, en 1596, lo que propició que la ciudad comenzara a amurallarse.
Los franceses, sin embargo, no eran todavía considerados los ‘enemigos’ y de hecho cohabitaban con el resto de nacionalidades y con los españoles en la ciudad, hasta que llegó la Guerra de la Independencia, ya en el siglo XIX.
En otro punto negro de la época, se trata también el asunto de la esclavitud. Cuentan los historiadores que en Cádiz existía una amplia población de esclavos domésticos, de origen africano en su mayoría, que realizaban las tareas más arduas y pesadas.  
La exposición ‘Las Murallas de Cádiz y el Comercio’ estará abierta desde el 16 de octubre de 2017 hasta el 28 de febrero de 2018.

Visitas guiadas
La Asociación para la Difusión e Investigación del Patrimonio Cultural de la Provincia de Cádiz (ADIP) es la encargada de realizar las visitas guiadas, a partir de noviembre, aunque se pueden solicitar ya en el siguiente email: adipcadiz@gmail.com o bien llamando al teléfono 685 60 93 30. Los centros escolares podrán hacer la visita los miércoles y viernes, en horario de mañana; mientras que los jueves por la mañana se reservan para las entidades y asociaciones.

Los autores
Raúl Gómez (Cádiz, 1977) estudió Diseño Industrial, pero su instinto, aptitudes y la pasión por el dibujo, le llevan a recorrer otro camino, el del diseño gráfico, de manera autodidacta y formándose en distintos estudios de diseño y publicidad. En 2005, tras crear la imagen del Festival de Cine Español de Málaga y recibir la Beca Fronterasur, decide crear, junto con otro diseñador, el estudio creativo Emotive Project con el que participa en infinidad de exposiciones y proyectos creativos. Tras una etapa en solitario, en la que siguió trabajando para agencias de publicidad, revistas, editoriales y en diversos proyectos audiovisuales, funda junto a Raquel Jove Estudio Rebombo.
Raquel Jove (Cádiz, 1984) es diseñadora e ilustradora. Estudia Turismo y trabaja en diferentes profesiones hasta que empieza a formarse como diseñadora en varios estudios. En 2009 monta Refres-co, su propio estudio, junto con otro diseñador. Más tarde decide ampliar conocimientos y estudia un máster de diseño gráfico en el Instituto de Artes Visuales. Después de 3 años, decide seguir aprendiendo y avanzando creativamente uniéndose a Raúl Gómez estudio y completando un tándem creativo con el que desarrolla proyectos de diseño, ilustración y dirección de arte.