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Marcelo Martín Guglielmino / Argentina

Arquitecto, gestor cultural y artista

Arquitecto de profesión, gestor cultural, viajero infatigable y seguramente por todo ello, artista, Marcelo Martín Guglielmino acaba de inaugurar la exposición Ensamblajes. Encajar la vida o la vida en cajas en la Sala Rivadavia de Cádiz (hasta el 4 de septiembre de 2021). Nacido en Argentina junio de 1954, cuatro décadas después se nacionalizó español. En 1980 finaliza los estudios de Arquitectura en la Universidad de Buenos Aires. Durante ese mismo período, trabaja la Revista Summa y se retira para cambiar de país y de vida. Hace crítica de arquitectura, viaja por Latinoamérica, es parte de la organización de los Seminarios de Arquitectura Latinoamericana y padre de dos hermosas niñas, Sol y Luz. En Sevilla trabaja en Obras Públicas y en Cultura, hasta que en el 2001 se hace autónomo y descubre que la gestión cultural, la museografía y el diseño de publicaciones es compatible con una vocación artística que estaba latente. Su producción de centros de interpretación y pequeños museos locales, paralelamente a la docencia y la publicación de artículos y conferencias lo llevan por toda Andalucía y gran parte de España. Esta vida ajetreada lo aleja de su primera familia y funda una segunda, hijo andaluz incluido. Esta última década la dedica a la docencia de posgrado y la gestión cultural al tiempo que se realiza plenamente como artista plástico.

¿Qué es lo que más le llamó la atención de España?
Ante todo su cercanía con una Europa muy idealizada en mis estudios de arquitecto. Luego su belleza, su comida y su infinita complejidad y diversidad cultural.


¿Qué edificios, cosas o detalles de Cádiz le recuerdan a su tierra? 
Si tengo en cuenta que mi tierra es Iberoamérica, Cádiz es Cartagena de Indias, es un Caribe menos cálido y es cientos de Americanos intentando fundar una república.


Si yo voy a su país, no me puedo ir sin probar...
Uf, carne, claro, pero también pizzas, empanadas y un guiso criollo, el locro, que se parece mucho a un cocido español, pero con maíz.


Si tuviera que hacer el eslogan turístico de su país, sería...
Argentina no es Buenos Aires, te esperan 9 regiones geográfico-culturales maravillosas.


Recomiéndeme un libro o película para comprender mejor su país...
Rayuela de Cortázar, y todo Borges. Películas, El hijo de la Novia, La Deuda Interna.


Un olor que le traslade a su país sin necesidad de coger un avión.
Un asadito, lo siento.

Una canción de su infancia.
Cualquiera de María Elena Walsh.

La misma emoción que un Madrid-Barca la tienes en… 
Boca- River  o Boca y San Lorenzo que nos tiene de hijos. Algo de rugby.

Una playa para perderse.
La secuencia infinita desde la Bahía de Sanborombón hasta Monte Hermoso, 600 km de playa casi ininterrumpida.

Un rincón para encontrarse.
En un bar de barrio en Buenos Aires o Rosario.

La persona de su país a la que más admira.
No puedo determinar una persona, admiro tener un amigo argentino.

El estereotipo que más le molesta de su país es...
El porteño prepotente y sabelotodo.

El equivalente al ‘killo’ gaditano es...
¡Ché boludo!

Aquí el Carnaval, ¿y allí?
Soy muy poco fiestero, prefiero un bailongo de barrio, o un café concert si aún existen.

Para terminar, ¿bailamos?
Muy poco, discoteca y salsa. No sé bailar tango.